Hacía un par de semanas que no veía a mi amiga Inma y dijimos de quedar el sábado. Su propuesta fue clara: “Sólo dime si te apetece plan de casa o de calle”. “Calle” le dije yo, a lo que me respondió: “muy bien, pues tú ponte bien mona y estate a las 20:30 en Tribunal y déjate llevar”.
Asistí a mi cita puntual con muchas ganas de conocer el plan planeado y, lo reconozco, con un poco de miedito por no saber lo que me esperaba. Un whatsapp suyo me decía “Calle del Marqués de Santa Ana, 37”. Mis tacones resonaban por las calles de Malasaña hasta que llegué a mi destino. Me encontré ante mí una puerta roja y un cartel en que ponía Las noches de Moscú. Resulta que Inma es una foodie en toda regla a la que le encanta probar cosas nuevas y aún más si son exóticas, así que decidió sorprenderme con una cena en uno de los mejores y con más solera restaurantes rusos de Madrid.
Nada más cruzar sus puertas ya te sientes como en otro lugar, todo de color rojo con muchísima decoración en cada uno de sus rincones.
Al ser la primera vez que cenábamos en un restaurante ruso, le pedimos a la camarera que nos recomendase, cosa que hizo estupendamente.
Pedimos de primero Blinis (crepes) con caviar de salmón keta, muy ricos, aunque a mí el caviar no me fascina tremendamente, y de segundo Filete Strógonoff, bueno, bueno, ¡qué delicia! y Golubtsy, unos rollitos de repollo rellenos de carne con salsa, muy suaves y sabrosos.
Como queríamos probar un poco de todo, nos dejamos hueco para compartir postre, la camarera nos recomendó el Syrniki, requesón frito con nata y mermelada de arándanos, riquísimo también y a eso le añadimos dos chupitos de vodka.
Quedamos encantadas con el trato recibido, el sitio y la comida. Un detalle que me gustó es ver que en tres mesas diferentes había gente rusa comiendo.
Un consejo: si vais mejor reservad porque a las 21 ya estaba lleno.
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Merche (lunes, 15 febrero 2016 23:01)
No se si me atrevería con la comida, pero el restaurante me parece muy bonito y lleno de encanto.